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‘El Ferri’ vuelve a Moncloa

Habría que ser muy necio para pensar que las “terminales mediáticas” de “determinados poderes económicos” que el propio Sánchez ha denunciado públicamente no tienen nada que ver con Ferreras ni con la Sexta, y el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE podrá ser un oportunista de manual, pero de necio no tiene un pelo.

Javier Lezaola - 10 de noviembre de 2022

Montaje de Pedro Sánchez, Antonio García Ferreras y, en el centro, José Manuel Villarejo en el Palacio de la Moncloa


El director de la Sexta y conductor de ‘Al Rojo Vivo’, Antonio García Ferreras, ha vuelto este jueves al Palacio de la Moncloa para entrevistar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Esta no es la primera vez que ‘El Ferri’ –“mi hombre es ‘El Ferri’”, dijo sobre él Florentino Pérez (presidente y máximo accionista del Grupo ACS y presidente del Real Madrid CF), según consta en el audio de una conversación en la que el oligarca se jactó de su influencia en los medios de comunicación de España– visita la sede de la Presidencia del Gobierno y la residencia oficial del presidente del Gobierno para entrevistar a Sánchez, pero tampoco es sólo una vez como otra cualquiera.

Este jueves se han cumplido cuatro meses y un día desde aquel 9 de julio en el que el digital ‘Crónica Libre’ publicó el primer y principal audio del ‘FerrerasGate’, correspondiente a la conversación con mesa y mantel en la que Ferreras confesó a los comisarios de Policía José Manuel Villarejo y José Luis Olivera y al empresario Adrián de la Joya, en presencia de Mauricio Casals –adjunto a la Presidencia y miembro del Consejo de Administración de Atresmedia (grupo propietario de laSexta), así como presidente del diario ‘La Razón’–, que él mismo fue “con ello” –con información falsa, procedente de forma inmediata del digital ‘OKdiario’ (dirigido por Eduardo Inda) y de forma mediata de las cloacas del Estado, contra el entonces secretario general de Podemos y actual director de ‘La Base’, Pablo Iglesias– en ‘Al Rojo Vivo’, y en vísperas de las generales de 2016, a sabiendas de que el contenido de esa información falsa era “demasiado burdo”.


El 12 de julio –tres días después de la publicación del primer y principal audio del ‘FerrerasGate’– arrancaba en el Congreso el denominado ‘Debate sobre el estado de la nación’ y lo hacía con un discurso de Sánchez en el que el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE denunciaba la existencia de “potentes altavoces mediáticos contra el Gobierno” de coalición de su partido con Unidas Podemos.

Ya el 25 de junio –seis días después de la victoria, por mayoría absoluta, del PP de Juan Manuel Moreno en las andaluzas del 19J– y en una rueda de prensa celebrada en Moncloa tras un Consejo de Ministros, Sánchez se había referido a las “terminales mediáticas” de “determinados poderes económicos”: “Resulta evidente que este es un Gobierno molesto para determinados intereses económicos que tienen sus terminales mediáticas y políticas; es algo que está a pie de calle y cualquier persona lo podrá ver. Este es un Gobierno muy incómodo para determinados poderes económicos y es una realidad que venimos sufriendo desde hace cuatro años, pero ya les digo a esos intereses que desde luego no nos van a quebrar y vamos a continuar defendiendo los intereses de la clase media y trabajadora de este país”, dijo entonces.


Era la primera vez que Sánchez hablaba tan claro sobre las “terminales mediáticas” de “determinados poderes económicos” desde su entrevista con Jordi Évole de octubre de 2016, pocos días después de ser desalojado de la Secretaría General del PSOE por un golpe de mano interno apoyado precisamente por “terminales mediáticas” de “determinados poderes económicos” en las que el diario ‘El País’ –al que Évole y Sánchez citaron expresamente en aquella entrevista– y también Ferreras y ‘Al Rojo Vivo’ desempeñaron un papel destacado.

El 30 de junio –cinco días después de aquella rueda de prensa y nueve días antes del estallido del ‘FerrerasGate’–, Sánchez abría las puertas de Moncloa a Ferreras y a ‘Al Rojo Vivo’ coincidiendo con el final de la Cumbre de la OTAN en Madrid y en la que fue, precisamente hasta este jueves, la última entrevista de Ferreras a Sánchez en Moncloa.


Ya el 13 de septiembre –más de dos meses después del estallido del ‘FerrerasGate’ y hace menos de dos meses– y en una entrevista con RTVE, Sánchez se refería expresamente a la “derecha política, económica y mediática” –expresión calcada a la que Iglesias utiliza a menudo en ‘La Base’–, “derecha política, económica y mediática” de la que el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE aseguraba que “quiere que los progresistas nos rindamos” pero a la que seguidamente advertía: “No nos vamos a rendir”.

¿Constituye una rendición volver a abrirle, este jueves, las puertas de la sede de la Presidencia del Gobierno a Ferreras y ‘Al Rojo Vivo’ o no porque la Sexta, como va de progresista, no es derecha mediática? Que cada cual responda.


Sánchez sabe bien lo que son las “terminales mediáticas” de “determinados poderes económicos”, porque él mismo se lo confesó a Évole hace más de seis años y este mismo año ha vuelto a referirse a ellas. Sabe bien quiénes son el Grupo PRISA, propietario de ‘El País’, o el Grupo Planeta, propietario de ‘La Razón’ y de Atresmedia, propietario a su vez de la Sexta, la cadena dirigida por Ferreras, más conocido, al menos por Florentino Pérez, como ‘El Ferri’. Y también sabe bien quién es el propio Ferreras, que en los propios audios del ‘FerrerasGate’ se jacta de que “un día que pillen a los de Podemos, el que nosotros [la Sexta] demos la noticia es demoledor”, porque “cuando nosotros [laSexta] les damos una hostia a ellos [Podemos], ellos sufren de cojones”, o de haber ido a ‘matar’ al cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero y de haberlo logrado, al conseguir que dimitiera de su puesto en la Ejecutiva del partido tras la publicación de información falsa contra él.

En el acto celebrado el pasado domingo en el madrileño Teatro Coliseum y que sirvió de cierre a la Uni de Otoño de Podemos, Iglesias destacó que los audios del FerrerasGate constituyen una “magnífica prueba” de cómo ha funcionado y funciona “el poder” en España y han puesto sobre la mesa “la corrupción del periodismo”, que “no acababa en la derecha” sino que “llegaba hasta la izquierda también”, al ser la Sexta una cadena televisión “diseñada para que la vea gente de izquierdas y para poder influir en las internas de los partidos de izquierdas”. Y dijo algo más: “Lo que algunos no soportan” de ‘La Base’ y de Podemos es “que hayamos señalado a las piezas fundamentales del golpismo en nuestro país”, porque “cada vez que Ferreras aparece en televisión, está apareciendo un golpista, y hace falta una izquierda que diga eso”.


Lo que Sánchez ha hecho este jueves –abrir a Ferreras y a ‘Al Rojo Vivo’ las puertas de la sede de la Presidencia del Gobierno–, sabiendo todo lo que sabe muy bien, no es una cuestión menor, sobre todo teniendo en cuenta que lo ha hecho no como presidente de un Gobierno del PSOE en solitario sino como presidente del primer Ejecutivo de coalición de ámbito estatal desde la II República, un Gobierno de dos fuerzas: una mayoritaria, el partido del que el propio Sánchez es secretario general; y otra minoritaria, Unidas Podemos, el espacio articulado en torno a Podemos, el partido que sufre “de cojones” cuando la Sexta le da “una hostia”, según aseguró el propio Ferreras a dos comisarios de Policía y un empresario –y en presencia de su propio jefe, el también presidente de ‘La Razón’– en los audios del ‘FerrerasGate’.

En el acto del domingo en el Coliseum, Monedero le dijo a Ferreras –pero también a Eduardo Inda, a Ana Rosa Quintana, a Vicente Vallés o a Carlos Herrera– “los muertos que vosotros matáis qué buena salud tenemos”.

Este martes –dos días después de las palabras de Iglesias y Monedero–, laSexta anunciaba que “Antonio García Ferreras entrevista a Pedro Sánchez este jueves en laSexta”. “Seguro que los asesores de Moncloa le han dicho al presidente que ir con Ferreras tiene más beneficios que costos. Pero los beneficios son materiales mientras los costos son morales y de credibilidad. Se deja entrevistar por un mafioso. Y eso nos debilita a todos”, advertía Monedero ese mismo día en su perfil de Twitter.


Esta misma mañana –horas antes de presentarse en Moncloa para entrevistar a Sánchez–, Ferreras ha recibido en el plató de ‘Al Rojo Vivo’, para entrevistarla también, a la presidenta de la Comunidad de Madrid y del PP autonómico, Isabel Díaz Ayuso. Por supuesto, no le ha hecho una sola pregunta sobre las muertes de personas mayores en residencias de la comunidad autónoma durante la primera ola del coronavirus –más de 8.500 y otras al menos 5.500 que no se incluyen en las estadísticas oficiales– ni sobre su relación con las mismas.

En mayo de 2020, el periodista irlandés Eoghan Gilmartin publicaba en la revista estadounidense ‘Jacobin’ un artículo en inglés que el digital español ‘CTXT’ tradujo al castellano. Su título, “How the chairman of Spain’s Real Madrid Football Club presided over a coronavirus catastrophe in nursing homes [Así capitaneó el presidente del Real Madrid la catástrofe de las residencias]”.

“Décadas de privatización y subcontratación han dejado a Madrid con solo 25 residencias de ancianos totalmente públicas (de un total de 426), mientras que una gran parte del resto del sector está dominada por un pequeño número de empresas”, advertía el periodista de ‘Jacobin’. “Desde comienzos de la década de 1990, Madrid ha servido de laboratorio neoliberal para la derecha española y de ejemplo práctico para el proyecto más amplio de una nueva España, con el resultado de un vaciado progresivo de los recursos y las capacidades del Estado. A la vanguardia de los que impulsaron este proyecto se encuentran el expresidente José María Aznar, la expresidenta de la Comunidad caída en desgracia, Esperanza Aguirre, y el multimillonario presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. El fracaso catastrófico de las residencias madrileñas también ha demostrado el fracaso de su modelo de Estado”, añadía.


“La lógica de este modelo de negocio está clara: mermar las condiciones de trabajo (de los empleados, que son en su mayoría mujeres) y la calidad de los servicios públicos básicos para obtener unos beneficios desorbitados. Sin embargo, esto es solo la punta del iceberg del extenso Grupo ACS, que, como muchas otras empresas de construcción e infraestructuras de España, se transformaron en actores internacionales gracias a la generosidad estatal durante el boom de la construcción anterior a 2008”, destacaba Gilmartin en su artículo para ‘Jacobin’ .

Según reconoce –no públicamente pero lo reconoce, y así consta en un audio– el propio presidente y máximo accionista del Grupo ACS y del Real Madrid CF, su “hombre” en los medios de comunicación es “‘El Ferri’”. El hombre que fue con información falsa contra Iglesias a sabiendas de que esa información falsa procedía de forma inmediata de ‘OKdiario’ y de forma mediata de las cloacas del Estado y de que su contenido era “demasiado burdo”. El hombre que fue a ‘matar’ a Monedero y lo logró… o eso dice. El hombre que cuando le da “una hostia” a Podemos, hace sufrir al partido “de cojones”. El hombre al que el presidente del Gobierno le ha abierto este jueves las puertas de Moncloa, no precisamente por primera vez pero sí por primera vez desde el estallido del ‘FerrerasGate’ y justo cuando se cumplen tres años de las últimas generales, no aquellas de 2016 sino las de noviembre de 2019, precisamente las que auparon a Podemos y sus aliados hasta el primer Gobierno de coalición desde la II República gracias al empeño de Podemos en general e Iglesias en particular y a pesar de los Sánchez y los Ferreras de turno.

Habría que ser muy necio para pensar que las “terminales mediáticas” de “determinados poderes económicos” que el propio Sánchez denunció públicamente en vísperas del ‘FerrerasGate’ no tienen nada que ver con ‘El Ferri’ ni con la cadena de televisión que dirige, y el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE podrá ser un oportunista de manual, pero de necio no tiene un pelo. Quizás algún día explique por qué le ha abierto este jueves a Ferreras las puertas de Moncloa, aunque seguramente esta vez no será a Évole y sobre todo no será en la Sexta.



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