“No entramos en literalidades"
Fuentes consultadas del entorno de Feijóo prefieren no profundizar en las declaraciones de Ayuso y centrarse en combatir a Sánchez: "Ponemos el foco en las barbaridades que hace y dice el Gobierno"
JOSÉ MARÍA GARRIDO - El Plural - Miércoles, 14 de diciembre de 2022
Alberto Núñez Feijóo y Cuca Gamarra, presidente y secretaria general del PP. EP
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha revolucionado el panorama político al advertir a empresarios, rectores y comunicación de que tanto ella como la dirección nacional de su partido estudiarán quién lucha contra las políticas de Sánchez y quien se mantiene en segundo plano en este 2023 electoral: “Esa gente se va a acordar”, ha señalado. Una amenaza velada de la que, sin embargo, y pese a que la baronesa popular ha hablado en nombre de Feijóo, explicando de que se trataba de una operación coordinada, Génova prefiere alejarse: “No entramos en las literalidades concretas”, exponen en declaraciones a ElPlural.com desde el entorno de Feijóo. Una excusa con la que se alejan de lo pronunciado por su presidenta evitando, además, condenar sus declaraciones y abrir un nuevo epígrafe de la guerra sostenida en el tiempo por la dirección nacional con su baronesa más popular y crítica con el Gobierno nacional.
Preguntados por si apoyan las palabras pronunciadas por Ayuso en la entrevista concedida este miércoles a Federico Jiménez Losantos, estas fuentes prefieren no entrar en el grano de la cuestión y alejarse de la transcripción literal de lo expuesto por su presidenta: “Ponemos el foco en las barbaridades que hace y dice el gobierno de España”, se limitan a afirmar.
Una respuesta corta y sin profundizar que muestra una voluntad inequívoca de operar desde un perfil más sereno y sosegado que el protagonizado por Ayuso, lanzada en su campaña por desacreditar al Gobierno e imponer en el imaginario colectivo que Sánchez está tratando de orquestar un cambio de régimen que desemboque en una suerte de república “pseudodictatorial”. Una operación que, a ojos de la presidenta madrileña, lleva tiempo cocinándose en Moncloa, en connivencia con sus socios independentistas, para dejar en papel mojado la Constitución del 78.
A fin de combatirla, la propia Ayuso ha lanzado este miércoles una soflama reveladora: “Me comprometo, junto con la dirección nacional del Partido Popular, a no sólo no olvidar, sino a dejarnos la piel y la vida para que todos los españoles hasta el 28 de mayo recuerden lo que está sucediendo. Porque ¿qué está pasando con los rectores? (...) ¿Dónde están los medios de comunicación? ¿Dónde están los empresarios que tanto se quejan? Esa gente, créeme que se va a acordar".
Un llamamiento que implica la voluntad de orquestar una campaña desde diferentes frentes, con los poderes fácticos volcados en echar al presidente de La Moncloa, revisando quién forma parte y quién no para posteriormente señalar a los ‘disidentes’. Una amenaza grave que abona el terreno a una campaña electoral cruenta, con elecciones a lo largo y ancho del país de las que dependerán las aspiraciones futuras de un partido unido en el fondo y dividido en las formas: por un lado, Alberto Núñez Feijóo, quien prometió luchar contra Sánchez desde lo programático y no desde el insulto; enfrente, y marcando el paso, Isabel Díaz Ayuso, azote del presidente del Gobierno desde la hipérbole y un perfil mucho más combativo.
Con este contexto como perfil de fondo, y sabedores de que esa diferencia puede jugar malas pasadas al propio PP, de la coordinación y la lealtad entre administraciones dependerán unas elecciones generales previstas para diciembre de 2023. Antes, en mayo, municipales y autonómicas. La batalla está servida.
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