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Foto del escritorLa Crónica de Almería

I Encuentro europeo contra el fascismo y la extrema derecha

Se celebrará este domingo en Mollina (Málaga) y está apoyado por el Grupo de trabajo contra el fascismo y la extrema derecha, de European Left.

Giorgia Meloni y Benito Mussolini


El CEULAJ (Centro Eurolatinoamericano de Juventud) de la localidad malagueña de Mollina acogerá este domingo el ‘I Encuentro europeo contra el fascismo y la extrema derecha’, que se celebrará en el marco del ‘I Congreso Internacional “La Desbandá”. Un siglo de luchas populares antifascistas’, que será inaugurado este viernes por Carmen Negrín, miembro del francés Centre d’Interprétation et d’Investigation de la Mémoire de l’Espagne Républicaine y nieta del último presidente del Gobierno de la II República, y en cuya mesa de apertura participarán, entre otros, Lilith Verstrynge, secretaria de Estado de Agenda 2030 y secretaria de Organización de Podemos, y Heiz Bierbaum, presidente del partido europeo European Left y responsable de relaciones internacionales del partido alemán Die Linke.

El encuentro europeo antifascista ha sido organizado por más de una decena de asociaciones –entre ellas, la anfitriona ASC La Desbandá, el citado Centre d’Interprétation et d’Investigation de la Mémoire de l’Espagne Républicaine o la italiana Associazione Nazionale Partigani d’Italia–, está apoyado por el Grupo de trabajo contra el fascismo y la extrema derecha, de European Left, y coincide en el tiempo –además de con la guerra de Ucrania– con el 100º aniversario de lo que se considera la irrupción del fascismo: la Marcha sobre Roma del 27 al 29 de octubre de 1922, la formación de gobierno por parte de Benito Mussolini el día 30 y su nombramiento como primer ministro de Italia el día 31. Un siglo después, la primera ministra de Italia es la recién nombrada Giorgia Meloni, neofascista procedente del Fronte della Gioventù, la organización juvenil del Movimento Sociale Italiano, el partido que fundaron en 1946 seguidores de Mussolini, que el año anterior –y más concretamente dos días antes de que su conmilitón Adolf Hitler se volara la tapa de los sesos en un búnker de Berlín– había sido colgado por los pies en una plaza de Milán.


Así las cosas y según han informado sus organizadores, el encuentro pretende avanzar hacia una “Red Europea Antifascista” reafirmando el “compromiso antifascista”, el intercambio de “experiencias” y la coordinación de “acciones comunes” de sus participantes y hacerlo “desde abajo, desde los pueblos y sus organizaciones, como hace cien años se enfrentaron al fascismo comenzando en los tres años heroicos de la Guerra de España y con el enorme acto de solidaridad internacional que significaron las Brigadas Internacionales”.

Este primer encuentro antifascista arrancará con un turno de intervenciones de representantes de organizaciones –entre ellas, la polaca Stowarzyszenie Ochotnicy Wolności [Asociación de Voluntarios por la Libertad], el citado Centre d’Interprétation et d’Investigation de la Mémoire de l’Espagne Républicaine, La Comuna (Asociación de presxs y represaliadxs por la dictadura franquista), Amical Brigades de Catalunya, Amical Antics Guerrillers de Catalunya o Asociación Andaluza de Víctimas de la Transición–, seguirá con otro turno de intervenciones, en este caso abierto, y finalizará con la inclusión de aportaciones a la propuesta de declaración final, propuestas sobre localizaciones para el segundo encuentro antifascista y designación de su comisión promotora, y la presentación de las conclusiones en el plenario final del congreso.


La citada propuesta de declaración final lleva por título “Compromiso europeo antifascista” y recuerda que los fascismos nacieron, hace un siglo, para “canalizar la irrupción de las masas en la política y sus aspiraciones democráticas, detener la oleada revolucionaria y mantener intactos los privilegios seculares de las clases dominantes” y que “la historia no se repite pero rima”, por lo que “hoy las tendencias que vive el planeta han de hacer sonar todas las alarmas”. El documento advierte asimismo sobre “dos errores”: uno, “entender el fascismo y las ideas de la extrema derecha como un simple anacronismo, como una simple recaída en la barbarie pasada”; el otro, “suponer, como se hizo durante las décadas de crecimiento económico y consumo de masas (1945-1975), que su derrota en 1945 implicaba su desaparición definitiva de nuestro panorama político”.


La propuesta de declaración señala que lo que hoy “pone en guardia a las clases dominantes” no es “la amenaza de la revolución obrera en su propio país” –“las fuerzas de defendemos una transformación social en un sentido progresista e igualitario todavía no nos hemos recuperado de la derrota histórica que sufrimos con el advenimiento del neoliberalismo y la caída del socialismo real entre 1979 y 1991”, reconoce–, sino “las masas empobrecidas y hambrientas de un planeta que da claras muestras de agotamiento y donde cada vez es más evidente la falta de fuentes de energía y de materiales necesarios para mantener el crecimiento económico, la acumulación de capital y unos niveles de consumo insostenibles”, es decir “la crisis social, ecológica y energética que se abate sobre el mundo”. Al hilo, el documento destaca que “el nuevo fascismo” abandera “el negacionismo climático en defensa de los intereses de las corporaciones más contaminantes”, encabeza “la reacción contra la revolución feminista, contra la diversidad sexual, religiosa y cultural, y contra los sectores vulnerables, especialmente los emigrantes” y “lleva a cabo su particular guerra cultural negando o reescribiendo la historia, contra la memoria antifascista, anticolonial y democrática”.


“El neofascismo levanta muros y alambradas en las fronteras, estigmatiza a las personas pobres ajenas y propias y moviliza de nuevo el ultranacionalismo y el ultramachismo para enfrentar a unos desheredados contra otros” y lo hace apelando a los “valores tradicionales y heteropatriarcales y característicamente defensivos: la patria, la familia y la propiedad”, a través de “nuevos relatos pero con la misma esencia reaccionaria y clasista”, y utilizando “nuevas armas”, entre ellas el ‘lawfare’, las redes sociales y su “capacidad de intoxicación” y “buena parte de unos medios de comunicación en manos del poder económico”, advierte la propuesta de declaración, que –por ello y “frente a la actual escalada de una nueva guerra fría” impulsada “por la Alianza Atlántica en defensa de los intereses de las grandes corporaciones occidentales” y “por el criminal expansionismo ruso”– considera que el “movimiento antifascista europeo debe exigir de la UE una política exterior independiente de los bloques, que promueva la paz, el diálogo y la colaboración en la resolución de los conflictos internacionales”.

“El antifascismo que hoy necesitamos” debe llevarnos a “renovar el viejo internacionalismo proletario para responder a esa Internacional negra que se extiende por Europa y por el resto del planeta y, como antaño, sigue apelando a la insolidaridad, el egoísmo y el odio para sostener su dominio de clase”, añade el documento, que insiste en que “hoy las personas antifascistas debemos, de nuevo, unir a todos los pueblos del mundo bajo las banderas de la libertad, la igualdad y la fraternidad, bajo las consignas de la Comuna de París, de la Revolución de Octubre, de las resistencias partisanas a la ocupación nazi-fascista, de las luchas de liberación de los pueblos oprimidos por el imperialismo capitalista”, pues “los antifascistas hoy, como nos recordaba Walter Benjamin en un año tan aciago como 1939, tenemos una cita secreta con todos los oprimidos y derrotados del pasado, y a esa cita no debemos faltar”.

El congreso que acogerá desde este viernes hasta el domingo el CEULAJ de Mollina incluirá también otros encuentros, así como diferentes conferencias, ponencias, mesas redondas y homenajes, además de presentaciones de libros, actuaciones musicales, proyecciones audiovisuales, una feria memorialista y diversas exposiciones, entre ellas una titulada ‘Cosmogonía antifascista’ e integrada por dibujos del periodista y viñetista gaditano y antifascista de 95 años de edad Andrés Vázquez de Sola, especializado en sátira política.

A Vázquez de Sola el franquismo lo forzó al exilio y llegó a encarcelarlo y el régimen del 78 lo sentó en el banquillo de los acusados por una viñeta publicada en vísperas del referéndum de 1986 sobre la permanencia de España en la OTAN.

Sobre el exilio y la cárcel, el antifascista gaditano pasó a Francia, a pie, en 1959 y no volvió a instalarse en España hasta 1985, aunque entremedias regresó para escribir un reportaje sobre “la ocupación española de Ceuta”, lo que le costó una detención nocturna y su ingreso en la prisión ceutí de la Fortaleza del Hacho, de la que no obstante salió pronto gracias a una campaña internacional por su libertad.


En cuanto a su acusación por una viñeta al hilo del referéndum de 1986 sobre la permanencia de España en la OTAN, fue denunciado desde el PSOE, partido del que era secretario general el entonces presidente del Gobierno, Felipe González. Aquella vieja viñeta de Vázquez de Sola muestra a una prostituta que lleva de la mano a dos hijos suyos a los que les dice “cuando seáis mayores, votaréis SÍ a la OTAN”, todo ellos sobre el texto “como todos los hijos de puta”. La viñeta del antifascista gaditano no gustó nada a Felipe González ni al resto de su partido, que en aquel referéndum sobre la permanencia de España en la Alianza Atlántica pidieron abiertamente el SÍ.

Vázquez de Sola esgrimió en su defensa (por cierto, el juez acabaría dándole la razón) que él no había dicho que todos los que votaran SÍ a la OTAN fueran unos hijos de puta sino que todos los hijos de puta votarían SÍ a la OTAN, que no es igual. Y añadió que, si algún hijo de puta hubiera votado NO a la OTAN, podía querellarse contra él. No lo hizo ninguno, en el caso de que lo hubiera.


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