Y frenar sus críticas en pleno escándalo del Qatargate
Los representantes marroquíes ante la Eurocámara se emplean a fondo para intentar disuadir a los parlamentarios de apoyar una moción que cuestiona, por primera vez, los derechos humanos en el país a raíz de la condena a un periodista
Irene Castro - El Diario - 19 de enero de 2023
El rey de Marruecos, Mohamed VI, y el príncipe heredero, Mulay Hasán, en una imagen de archivo. MAP
Correos electrónicos, reuniones, argumentarios… Marruecos se ha empleado a fondo en los últimos días para intentar suavizar las críticas que, de manera prácticamente inédita, el Parlamento Europeo va a hacer ante la vulneración de los derechos humanos en ese país. A pesar de la convulsión que el Qatargate ha provocado en el seno de las instituciones europeas –y cuyo origen está precisamente en Marruecos–, el reino alauí no se ha dado por enterado y ha continuado con su ofensiva en la Eurocámara.
La labor de lobby ha venido de la mano de la delegación parlamentaria que participa en la comisión Marruecos-UE con motivo de una resolución que la Eurocámara votará este jueves sobre la situación de los periodistas a raíz de la condena a seis años de cárcel al reportero Omar Radi, que lleva años documentando la vulneración de derechos humanos.
La representación marroquí activó la maquinaria para tratar de contactar con los eurodiputados como método de presión contra esa moción, que se ha conseguido colar en el Pleno precisamente por el tsunami que han provocado las revelaciones sobre corrupción a instancias de Marruecos y Qatar.
El primer contacto se produjo el sábado 14, horas después de que el Parlamento Europeo aceptara el de Marruecos como uno de los debates de urgencia sobre vulneración de derechos humanos para el Pleno que se celebra en Estrasburgo esta semana. Se trata de un mail firmado por el copresidente de la comisión parlamentaria mixta UE-Marruecos, Lahcen Haddad, en el que adjunta una carta sobre el proyecto de resolución que lleva por título: “Por qué los eurodiputados deberían abstenerse de votar a favor de una resolución que defiende a un periodista varón acusado de violar a una compañera que denuncia haber sido violada”.
“Mientras le deseo una buena lectura, le ruego crea en mi alta y perfecta consideración”, se despedía el correo enviado por el administrador del grupo y que ha revelado la eurodiputada de La Francia Insumisa (de La Izquierda Europea), Manon Aubry.
El domingo de madrugada el consejero diplomático de Marruecos se vuelve a poner en contacto con los eurodiputados, a los que plantea una reunión con representantes de la delegación “para discutir asuntos de interés común y la situación de los derechos humanos”. Y les daba la opción de verse el martes o el miércoles en la sede del Parlamento en Estrasburgo.
En pleno escándalo por el Qatargate
“¿No hemos aprendido nada?”, se preguntó el eurodiputado austriaco del Grupo de los Socialistas y Demócratas Andreas Schieder durante un debate sobre el Qatargate este martes en el que denunció que los representantes de Marruecos hubieran estado en la Eurocámara esos días. “Tenemos que limpiar el establo”, agregó. No obstante, su grupo rechazó en diciembre la propuesta de impedir el acceso a las autoridades marroquíes y solo ha reclamado a la presidenta, Roberta Metsola, la prohibición de entrada a los cataríes mientras dure la investigación judicial de los sobornos. Esa medida ya figuraba en las conclusiones que aprobaron los eurodiputados en diciembre, pero aún no se ha puesto en marcha, según explica Aubry a elDiario.es.
No se sabe si algún eurodiputado ha accedido a reunirse con los marroquíes. Y es que uno de los problemas de la Eurocámara es que falta transparencia respecto a la labor que desempeñan los lobbies dado que no es obligatorio para los representantes europeos revelar las reuniones que mantienen.
Ese es uno de los fallos que se proponen enmendar en el cambio de las normas que se ha puesto en marcha tras el Qatargate, aunque es un proceso lento que aún no ha dado ningún fruto. Las propuestas que Metsola presentó a los grupos incluye la obligatoriedad de dar publicidad a los encuentros que los eurodiputados o sus equipos mantengan con terceros que estén relacionadas con asuntos objeto de debate en el Parlamento.
Lo cierto es que los parlamentarios alauís hicieron llegar otra vez sus consideraciones a sus colegas europeos. Lo hicieron a través de la propuesta de resolución elaborada por Renew Europe –grupo liberal–, que les reenviaron comentada. Así, donde la propuesta de los liberales señalaba que la “libertad de expresión se ha ido deteriorando a lo largo de la última década”, los marroquíes añadían un comentario: “No es verdad. La libertad de expresión y de prensa se ha expandido considerablemente en Marruecos. La naturaleza de los temas publicados en la prensa y difundidos en los medios indica el clima de apertura y libertad de prensa que caracteriza al panorama mediático nacional”.
Y así con los demás párrafos de la resolución, especialmente en lo relativo al caso de Omar Radi. “El periodista independiente de investigación fue citado 20 veces por su trabajo”, recogía el texto. “El señor Omar Radi es un periodista que ha ejercido libremente durante muchos años sin haber estado preocupado o arrestado en el desempeño de su trabajo o actividades. Nunca denunció ninguna infracción o restricción ni de las autoridades judiciales ni las instituciones nacionales”, contraponían los representantes marroquíes.
“El colmo de las presiones e irregularidades ha sido que Marruecos tenía un documento que aún no era público ni para los eurodiputados”, denuncia el parlamentario Miguel Urbán (Anticapitalistas). “Esto nunca ha pasado”, comenta sobre la presencia de representantes marroquíes durante dos días en la Eurocámara: “Se atreven a hacerlo en mitad del Morrocogate y Qatargate, que es el mayor escándalo de corrupción de la historia del Parlamento Europeo”.
Ha habido otra vía directa de lobby a través de una comunicación del grupo socialista en la Cámara de Representantes marroquí a sus homólogos del Parlamento Europeo en la que también enumeran los supuestos avances del régimen en lo que respecta a la prensa y sobre el caso concreto de Radi. “Una posible resolución que ponga en cuestión una decisión judicial sobre un asunto de derecho común sería difícil de entender por la opinión pública marroquí y socavaría la cooperación entre la UE y Marruecos en este ámbito preciso”.
En una carta enviada por los padres de Omar Radi publicada por Mediapart, comunican a los eurodiputados que los dos principales responsables de la Unión Socialista de las Fuerzas Populares que forman parte de ese grupo en el Parlamento marroquí, Lahbib Elmalki y Driss Lachgar, fueron señalados por su hijo en una investigación periodística que reveló que formaban parte de una “larga lista de funcionarios estatales” que se beneficiaron de terrenos en Rabat. “Pagaron 35 euros por metro cuadrado mientras que el precio de mercado ascendía a 3.000”, argumentan Fatiha Cherribi y Driss Radi.
Las maniobras de Marruecos se han producido en los prolegómenos de las negociaciones de la resolución que votará la Eurocámara este jueves y que insta a las autoridades marroquíes a “respetar la libertad de expresión y prensa, y garantizar a los periodistas encarcelados, en particular Omar Radi, Souleiman Raissouni y Taoufik Bouachrine, un juicio justo con las debidas garantías procesales, su inmediata liberación y el cese del acoso a los periodistas, sus abogados y sus familias”.
“Condenamos enérgicamente el uso indebido de acusaciones de agresión sexual para disuadir a los periodistas de hacer su trabajo y creemos que perjudica a los derechos de las mujeres”, agrega el texto.
“El Parlamento Europeo está preocupado por las denuncias de que las autoridades marroquíes han intentado corromper a miembros de la institución”, recoge la resolución, que previsiblemente saldrá adelante.
Primeros posicionamientos de la Eurocámara contra Marruecos
A pesar de las presiones de Marruecos, las intervenciones durante el debate de la moción han sido muy críticas en general con la situación en el país. “Ha llegado el momento de decirle a Marruecos que ya no pueden campar a sus anchas”, ha dicho el socialdemócrata Thijs Reuten, que ha criticado que estos días haya habido en Estrasburgo representantes marroquíes “paseándose descaradamente”. “Su Gobierno tiene que saber que este Parlamento no va a mirar hacia otro lado (...) por muchas presiones que el Gobierno marroquí haga sobre esta Cámara”, ha sentenciado Jordi Cañas, de Ciudadanos.
“Los servicios secretos usan Pegasus para escuchas ilícitas y luego incoan procedimientos contra ellos usando contenidos conseguidos por medios ilícitos”, ha denunciado, Georgios Kyrtsos, también de Renew, en referencia al proceso contra Omar Radi pese a los argumentos de las autoridades alauitas. Se ha desmarcado la extrema derecha de Identidad y Democracia, que ha defendido que se debe confiar en la justicia marroquí por encima de organizaciones como Human Right Watch. El PP no ha participado para dejar claro que quiere acabar con los debates de urgencia.
“No podemos dejarnos amordazar por un régimen que simplemente defiende su interés propio”, ha señalado Tineke STRIK, de Los Verdes. “Europa no puede seguir siendo cómplice de la violanción de derechos humanos, o la ocupación del Sáhara”, ha agregado Miguel Urbán (La Izquierda), que ha asegurado que la Eurocámara envía ahora “un mensaje al pueblo marroquí de que más allá de los cálculos económicos o geoestratégicos los derechos humanos importan”.
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