top of page
  • Foto del escritorLa Crónica de Almería

Madrid despierta a favor de la Sanidad Pública con cientos de miles de voces:

“Siento indignación, nos están quitando todo”


Desde distintos puntos de la capital, una espectacular marcha confluyó en Cibeles. Es la primera gran protesta que afronta Isabel Díaz-Ayuso como presidenta de la Comunidad

PATRICIA PEIRÓ - El País - Madrid - 13 NOV 2022

Cientos de miles de personas han salido a la calle en Madrid para reivindicar una sanidad pública de calidad. En la imagen, junto a la Cibeles. MOEH ATITAR


Pocos asuntos en España unen a decenas de miles de personas para salir a la calle. Una de estas excepciones es la defensa de la sanidad pública. Al menos, cuando la sociedad percibe multitud de señales de que está siendo atacada. Madrid se ha teñido de blanco este domingo contra la gestión del Gobierno de Isabel Díaz-Ayuso y en favor de un servicio “público, universal y de calidad”. ¿Cuántos? La Delegación del Gobierno cifra en 200.000 los asistentes, las asociaciones vecinales convocantes han asegurado en el cierre de la protesta que han reunido a 670.000 personas. Las manos se han alzado en todo el recorrido con pañuelos y kleenex blancos. Ha regresado una marea blanca que ya inundó Madrid hace una década contra las privatizaciones del Gobierno de Esperanza Aguirre. Hacía años que no se celebraba una manifestación de este calibre. Esta vez, el destino de los gritos era Isabel Díaz-Ayuso en la primera gran protesta que afronta bajo su mandato. Desde la Casa de Correos, sede de la presidencia de la Comunidad, no había salido ningún comentario al respecto varias horas después de celebrado el evento. A las 16.00, ni un mínimo tuit. Ellos, que son tan activos en las redes. Se lo estarían pensando.

En la marcha masiva que ha confluido en la plaza de Cibeles después de salir de cuatro puntos distintos de la capital, las razones para acudir se mezclaban. Y no todos los que han salido a la calle eran sanitarios. Escuchando el manifiesto al final del recorrido se encontraba Louis M., consultor de 24 años, vestido con la camiseta verde en contra de los recortes al sector público: “Somos la comunidad más rica y una de las que menos invierte en sanidad. Los jóvenes venimos aquí porque estamos comprometidos y creemos en la defensa de nuestros derechos”. Cuando se enteró de la convocatoria, avisó por su grupo de Whatsapp a sus amigos y se unieron a él Gonzalo, Ismael y Diego, todos veinteañeros. “Desde que tengo seis meses la sanidad me ha salvado la vida varías veces: por el asma, ataques de alergia, apendicitis, infecciones…”, comentaba este último. Al pasar por delante del Ministerio de Sanidad el profesor Juan Garrido ha levantado su cartel naranja casero por una “sanidad universal”. “No me manifiesto todos los días, pero obviamente esto es algo que me mueve. No tengo problemas de salud, pero a mi madre la acaban de operar y necesitamos un servicio de calidad”, explica.


El plan de reapertura de las urgencias extrahospitalarias en Madrid, único servicio de este tipo en toda España que permanecía cerrado dos años después de la pandemia, ha sido el último ladrillo en una torre de agresiones que los sanitarios llevan percibiendo años. Todo sumado al desgaste que supuso la crisis sanitaria de la covid. El Gobierno regional anunció la vuelta de estos centros y una semana después los sanitarios comenzaron a recibir emails de madrugada anunciándoles sus nuevos horarios, su nuevo destino -en ocasiones a kilómetros de distancia- de la noche a la mañana. Ayuso ha modificado este plan tres veces en tres semanas y el último proyecto incluye que los puntos de atención sanitaria abran solo con enfermeras y que los médicos atiendan por videoconsultas.

El caldo de cultivo para esta protesta multitudinaria se adereza con más ingredientes. Una de las asistentes, Cristina Ávila, auxiliar administrativa de 34 años, expone algunos: “Estoy aquí porque mi padre ha estado un año en lista de espera para que le operen, porque hay colapso en urgencias y porque mi hermano es sanitario. Es la sanidad de todos”. Poco antes, sonaba por un altavoz en ‘Canto a la Libertad’ de José Antonio Labordeta, que muchos han cantado al unísono mientras algunos grupitos buscaban la letra en el móvil porque no la recordaban de memoria. Tarea complicada, la masiva afluencia ha provocado que durante casi dos horas la cobertura de los teléfonos funcionara a trompicones.

También ha sido un día de primeras manifestaciones para muchos. Como Diego, de siete años, que ha ido con sus padres María González y Sergio Garrido. “Es complicado explicar algo así a un niño tan pequeño, pero bueno, la conciencia se va forjando”, resume la madre. La familia Barrio ha venido al completo desde el barrio de Moratalaz. “Queremos enseñarle los valores de lo público. Nosotros nos manifestamos cuando consideramos que hay cosas muy importantes. Salimos a la calle por Miguel Ángel Blanco, por la anterior marea blanca, por el 8- m. Siento indignación, he tirado mucho de sanidad pública por historias personales y ver gente que se tira horas en su trabajo y que hay un desaliento brutal…”, comenta el padre de familia.

Entre la multitud, también hay gotas que formaron parte de la anterior marea blanca. Se les distingue porque llevan la misma camiseta que lucieron en las calles hace una década. “La he desempolvado hoy. Hace diez años creímos que habíamos conseguido mucho, pero nos hemos dado cuenta de que no, de que han seguido privatizando por lo bajini hasta que ya se han quitado el freno”, explica Paloma, médica del hospital Gregorio Marañón, que prefiere no meterse en el tumulto porque ha venido con su galgo. También ha acudido Ángeles Herrera, que trabajó más de 30 años como auxiliar de enfermería y ahora está jubilada: “Antes lo vivía desde dentro y ahora como usuaria siento indignación, nos están quitando todo”.

Al acabar la protesta, los miles de asistentes se reparten por las calles adyacentes. Algunos se van a casa, a otros tantos se les oye proponer ir a comer por ahí o tomar un aperitivo aprovechando el buen tiempo. En la calle Hortaleza, en una terraza, una mujer pregunta en voz alta a los amigos con los que ha ido a la manifestación: “¿Qué ha dicho Ayuso? ¿Que somos bolcheviques?”. Cuando el camarero llega con el datáfono les felicita: “Hoy lo habéis hecho muy bien, porque venís de luchar por nuestros derechos”. “Pero hay que luchar hoy y mañana”, le replica la comensal. Porque defender la sanidad y tomar cañas no tiene por qué estar reñido.



3 visualizaciones0 comentarios

Commentaires


bottom of page