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Netanyahu se mofa de la condena internacional y redobla su carrera de devastación y hambre para someter a Gaza

  • Foto del escritor: La Crónica de Almería
    La Crónica de Almería
  • 22 may
  • 7 Min. de lectura

Israel ignora las presiones de la UE y EEUU contra el genocidio en la Franja y continúa su ofensiva militar y el uso del hambre como arma de guerra contra los palestinos.

Palestinos hacen cola para recibir comida en Gaza.Mahmoud Issa / REUTERS
Palestinos hacen cola para recibir comida en Gaza.Mahmoud Issa / REUTERS

Europa, como supuesta portadora de los valores morales de Occidente, empieza a reaccionar lentamente ante el genocidio que Israel está intensificando en Gaza y la conversión de la Franja en un campo de concentración, destinado a acelerar la expulsión de los supervivientes y anexionarse ese territorio palestino.

Pero llega tarde y sin fuerza para cambiar la ordalía desatada por el primer ministro Benjamin Netanyahu y la ultraderecha israelí, que desafían esa presión exterior con más bombas, más hambre, con provocaciones armadas a la diplomacia occidental y con la seguridad de que ni Bruselas ni Washington ni nadie en el planeta hará valer toda su fuerza para detenerlos.

El último desafío israelí a los países europeos, que hasta ahora habían ignorado de facto los crímenes de guerra cometidos en Gaza para no dañar sus relaciones con Israel, pero que ahora empiezan a cuestionar la actitud genocida de Tel Aviv, ocurrió en Yenin, en Cisjordania, el otro territorio palestino, horadado por los asentamientos ilegales de colonos judíos apoyados por su ejército.

Este miércoles, tropas israelíes abrieron fuego con disparos intimidatorios contra una delegación internacional, integrada por representantes de una veintena de países, que visitaba esa ciudad del norte de Cisjordania. La visita estaba organizada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) e incluía diplomáticos de España, Francia, Italia, Canadá, Dinamarca, Finlandia y Reino Unido, entre otros.

Israel señaló que la visita abandonó la ruta prevista y que un soldado hizo esos disparos de advertencia. Yenin es una ciudad palestina, pero que está controlada en parte por el ejército israelí. Miembros de la delegación negaron esta información.

Este incidente se produjo después de que la víspera la Unión Europea anunciara la revisión de su acuerdo de asociación con Israel para comprobar si este país cumple con sus obligaciones con los derechos humanos que exige Bruselas.

Este anuncio de la UE es un tímido paso con el que Bruselas pretendía denunciar las matanzas del Ejército israelí en Gaza, así como la situación de hambruna que sufre la población gazatí por el bloqueo a la ayuda humanitaria destinada a paliar el sufrimiento de los algo más de dos millones de gazatíes.

La nueva fase de la guerra del estado paria de Israel

El domingo pasado, Israel lanzó una nueva fase en la guerra desatada por Netanyahu en 2023. La denominada Operación Carros de Gedeón tiene como objetivo la ocupación y control militar total de la Franja, el desmantelamiento de las infraestructuras palestinas, la destrucción sistemática de las viviendas y el desplazamiento forzoso de la población hasta hacinarlos en un minúsculo área del sur de Gaza, como reconoció este miércoles Netanyahu, mediante el bombardeo de sus asentamientos y la hambruna.

"Israel va camino de convertirse en un estado paria entre las naciones, la Sudáfrica de antaño, si no vuelve a comportarse como un país sensato", afirmó este martes en una radio pública Yair Golan, líder del partido izquierdista Demócratas y exgeneral de alto rango de las Fuerzas de Defensa de Israel. "Y un país sensato no lucha contra civiles, no mata bebés por afición ni se fija la expulsión de una población como objetivo", agregó este político denostado por Netanyahu y sus acólitos extremistas en el Gobierno.

Israel va camino de convertirse en ese estado paria denunciado por Golan a la misma velocidad con la que asesina palestinos, cerca de 53.700 desde que comenzó su cruzada contra Hamás el 7 de octubre de 2023 como respuesta al ataque terrorista de esa organización que dejó 1.200 muertos en territorio israelí.

La hambruna como arma de guerra

Una de las razones que llevaron a los países europeos a dar finalmente un paso condenando las acciones de Israel ha sido la hambruna desatada en Gaza por los bloqueos israelíes a la ayuda humanitaria y que está afectando especialmente a la población infantil. Según la ONU, hasta 14.000 niños podrían morir en las próximas semanas si no llegan suficientes alimentos.

Por eso, este miércoles, el Comité de los Derechos del Niño de la ONU instó a Israel a “poner fin al asesinato y el daño físico a los niños en Gaza”, y a desbloquear el acceso de ayuda humanitaria a la Franja para evitar las muertes de menores por hambre. Esa asistencia humanitaria está suspendida desde hace dos meses y medio.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 71.000 niños palestinos podrían morir de hambre en el curso de un año. “No hay justificación para esas acciones que claramente desafían el derecho internacional y humanitario, incluida la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio", indicó el citado Comité en un comunicado.

Aunque la ONU condenó desde un principio la desproporción empleada por Israel contra Gaza y la elección directa de objetivos civiles para sus masacres, Occidente había mantenido un silencio cómplice, encabezado por EEUU, el aliado natural de Tel Aviv. Solo un puñado de países, encabezados por España, Irlanda y Noruega, se mostraron muy críticos con la estrategia genocida de Netanyahu. Ahora, tras 19 meses de matanzas, las condenas se hacen con voces más fuertes, aunque, dada la situación en Gaza, parecen llegar tarde y provocan la respuesta rapaz de Israel.

Las presiones de los últimos días por parte de Estados Unidos llevaron a Israel a desbloquear a cuentagotas la llegada de camiones con ayuda humanitaria. Pero solo para burlarse más de esas críticas, impidiendo que se repartieran los exiguos cargamentos de comida, agua y medicamentos, y prohibiendo a la ONU, la encargada de esa entrega, que participara en el proceso.

Según refirió este miércoles la OMS, ningún camión con su ayuda humanitaria ha podido entrar en Gaza, aunque hay ya 68 vehículos con asistencia en los límites de la Franja, detenidos por el ejército israelí. “Dos camiones (con ayuda distinta a la de la OMS) pudieron entrar el martes y a otros tres se les negó el acceso, pero ninguno de la OMS ha podido entrar en Gaza hasta ahora”, explicó Mike Ryan, director de Emergencias Humanitarias de la institución. En esos camiones hay harina, medicinas y comida para esos bebés que están ya muriendo de hambre.

Según la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), los escasos suministros que Israel está dejando entrar en Gaza y que aún no han sido repartidos entre la población son "una mera cortina de humo para fingir que el bloqueo ha concluido". Aparte de que la cantidad de ayuda es ínfima para las necesidades de más de dos millones de gazatíes, tal y como explicó la coordinadora de emergencias de MSF en Jan Yunis, Pascale Coissard.

La incipiente reacción europea

Uno de los países que ahora muestra una mayor determinación para pararle los pies a Netanyahu en su estrategia de muerte es el Reino Unido, que no se ve condicionado por las fuerzas pro israelíes que pululan en el seno de la UE. Este martes, el ministro británico de Asuntos Exteriores, David Lammy, anunció la suspensión formal de las negociaciones con Israel para un nuevo acuerdo comercial bilateral y convocó a su embajadora en Londres, Tzipi Hotovely.

Lammy también señaló que habrá un paquete de sanciones contra organizaciones y personas acusadas por Londres de haber "apoyado, incitado y promovido la violencia" de los colonos israelíes contra los habitantes palestinos de Cisjordania y en el establecimiento de asentamientos ilegales judíos en este territorio palestino.

Las medidas de Londres siguieron a la declaración que el lunes firmaron el primer ministro británico, Keir Starmer; el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canadiense, Mark Carney, contra el "sufrimiento humano" de la población de Gaza a manos del ejército israelí. Los tres países prometieron tomar "acciones concretas en represalia" contra Israel si no paraba su actual ofensiva terrestre en la Franja y no levantaba las restricciones al paso de ayuda humanitaria.

La respuesta de Israel no se hizo esperar: el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, advirtió de que su país no consentirá "ninguna imposición externa" sobre la que calificó "seguridad nacional" de Israel. Al tiempo, el ejército invasor redobló los bombardeos y los ataques a la población palestina, con más de treinta nuevos asesinados este miércoles.

Por último, se produjo el incidente de Yenin, en una advertencia directa a los países occidentales que comienzan a cuestionar las salvajadas cometidas por Israel en Gaza.

El nerviosismo de EEUU por una posible traición de Israel

El ostracismo con el que Occidente amenaza a Israel poco parece importarle a su primer ministro, quien está apuntalando su futuro político y el renovado destino militarista de Israel sobre las ruinas de Gaza y la sangre de los gazatíes, primer paso en su cruzada por Oriente Medio que le ha llevado a invadir también el sur del Líbano, y a atacar puntualmente Siria e Irán.

Tampoco caben ya las presiones que pueda hacer el amigo Estados Unidos. El presidente Donald Trump apostó por Netanyahu desde un principio, pero la inquina exterminadora desatada en Gaza y las crecientes protestas entre los correligionarios republicanos por la situación de hambruna podrían llevar al imprevisible mandatario a dar un golpe en la mesa de sus relaciones con Israel por culpa del asunto palestino.

Y esa reacción estadounidense podría producirse en cualquier momento, a pesar de las descabelladas promesas de Trump a Netanyahu para hacerse EEUU cargo de Gaza y convertirla en un resort turístico. El problema es en todos los casos la vesania del primer ministro judío en su carrera para convertir a Israel en la potencia hegemónica en Oriente Medio, pasando incluso por encima de EEUU.

Ahora resulta que, mientras Trump acaba de hacer una gira por la región y se ha reunido con los saudíes, sus otros aliados en la zona, para intentar llegar a algún acuerdo con Irán sobre su programa nuclear, un informe de inteligencia difundido por la CNN apunta a que Israel se está preparando para atacar instalaciones atómicas iraníes, lo que pisotearía esos esfuerzos de Washington para llegar a una conciliación diplomática con Teherán.

Si Netanyahu diera ese paso podrían pasar dos cosas: o bien se produce una ruptura entre Israel y EEUU, o bien Washington, a su pesar, se ve arrastrado a un conflicto mayor contra el régimen de los ayatolás siguiendo la batuta israelí. Cualquiera de las opciones mostraría la realidad de Netanyahu, un líder maquiavélico a quien no le importan los muertos y la destrucción que pueden desencadenar sus acciones, como apuntaba el opositor Golan.



 
 
 

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