26 de los 80 centros existentes en la comunidad presidida por Ayuso tuvieron que dar el servicio sin médico, 12 permanecieron cerrados por ausencia de personal y el resto registraron graves deficiencias
Maby Cabrera LÚH 2 de noviembre de 2022
El desastre que se vivió la noche de Halloween en la reapertura de los Centros Sanitarios de urgencias 24 horas de la Comunidad de Madrid fue una autentica pesadilla, tanto para el escaso personal sanitario como para los pacientes.
26 de los 80 puntos existentes tuvieron que dar el servicio sin la presencia de un médico durante la madrugada del 1 de noviembre. Esto en el mejor de los casos ya que 12 más permanecieron cerrados por la imposibilidad de abrir por la ausencia del personal sanitario mínimo requerido. La Plataforma SAR registró en un informe todas las anomalías.
En la última reunión celebrada entre la administración y la comisión de seguimiento de negociación (formada por los sindicatos Satse, CC OO, CSIT UP y UGT) para la reordenación de las urgencias extrahospitalarias, el lunes 31 por la mañana se llegó de urgencia al compromiso de “asegurar que los centros deben contar con los tres profesionales: celador, enfermera y médico”. De no poder cumplirse con este mínimo de personal sanitario , el Punto de Atención Continuada, los antiguos Centros Sanitarios 24 horas, deberán cerrarse. Motivo por el que la noche de Halloween el personal fue redirigido in extremis de unos centros a otros, bajo amenazas de sanciones y suspensión de sueldo si se negaban, intentando reunir ese mínimo de 3 acordado con los sindicatos. El escándalo es mayúsculo.
La situación en los centros 24h de Ayuso fue una autentica pesadilla que pudo terminar en tragedia. Ausencia de médicos, enfermeros obligados a moverse de centro en centro para sumar el mínimo requerido para poder abrir el centro sin médico. El escaso personal no conocía las instalaciones y en muchos casos faltaba también material médico imprescindible para dar una atención adecuada.
Recordemos que cuando falta de un médico en el servicio de urgencias, los enfermeros apenas tienen margen de maniobra para atender a los pacientes ya que ellos no pueden diagnosticar ni prescribir a nadie con lo que a pesar de poder abrir legamente el centro la realidad es que el centro no puede atender ninguna urgencia médica real.
Los testimonios del personal sanitario que trabajó esa noche son terroríficos y son un claro ejemplo del desmantelamiento que está sufriendo la sanidad pública madrileña de la mano del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso.
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