Génova trata de poner el foco en la sedición para acallar el ruido sobre el liderazgo de Feijóo.
Pablo Montesinos - El HuffPost 01/11/2022
Isabel Rodríguez, portavoz del Gobierno, y Elías Bendodo, coordinador general del PP.
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Vuelta a la casilla de salida. A esa distancia abismal entre Sánchez y Feijóo que este periódico radiografiaba el 8 de octubre, solo un día antes de que Carlos Lesmes consumara su marcha, se agravara la crisis constitucional y el presidente se viera forzado a descolgar el teléfono y a convocar al líder de la oposición. Descarrilada la negociación del Poder Judicial para desasosiego de los propios jueces, nadie espera ya aproximación alguna entre los dos grandes partidos de este país antes de las elecciones generales. Génova asegura que nada puede acordar “con este PSOE” salvo que rectifique con el delito de sedición y Moncloa que Feijóo ha dejado de ser un “interlocutor válido” porque es incapaz de resistir la presión.
Las percepciones en política son en ocasiones incluso más importantes que los propios hechos. Y ahora los equipos de uno y otro están enfrascados en una cruenta batalla por el relato, filtrando conversaciones privadas, mensajes de texto y parte de las negociaciones para ganarla. Para Sánchez, si hoy no hay pacto es porque a su interlocutor le temblaron las piernas y ganó el ala dura del PP, con Ayuso a la cabeza. Feijóo replica que antes de que fuera demasiado tarde descubrió que le “mentía” sobre el delito de sedición y que ni las bases ni las estructuras de su partido habrían entendido el acuerdo si poco después el Gobierno beneficia al separatismo.
“Todos los puentes están a priori rotos y la prioridad de los estrategas de Moncloa y Génova es que calen sus mensajes”
La interlocución entre Sánchez y Feijóo sobre cuestiones de Estado es ya una quimera pese a que la invasión de Rusia a Ucrania prosigue, la crisis económica azota a la sociedad española y la UE no entiende cómo es posible que se mantenga el colapso y bloqueo del Poder Judicial. Todos los puentes están a priori rotos y la prioridad de los estrategas de Moncloa y Génova es que calen sus mensajes, que los españoles interpreten que Sánchez tiene margen para resurgir y ganar en el caso de los primeros o que el cambio de ciclo es una realidad, según los segundos. Esto es, se impone la dinámica de la larga campaña electoral.
En el PSOE creen que están mucho mejor que antes del debate sobre el estado de la nación, celebrado a mediados de julio, cuando la percepción generalizada era que Sánchez no levantaba la cabeza. Que estaba tocado y prácticamente hundido. Pero el equipo del presidente advirtió entonces de que no pensaba rendirse y que al PP se le iba a hacer muy larga la espera hasta las elecciones generales. Ahora, pese al revés negociador, el presidente se ve más fuerte y encara la recta final de la legislatura con los Presupuestos encauzados y a la espera de asumir la presidencia de la UE y también de la Internacional Socialista. Lanza un mensaje de estabilidad política y fortaleza internacional.
Esto no significa que el PSOE esté para tirar cohetes. Ni mucho menos. Los primeros en concurrir a las urnas, los líderes autonómicos y locales, están enormemente preocupados por sus perspectivas electorales, el Ejecutivo sigue pareciendo en ocasiones una jaula de grillos y lo que tendría que haber sido motivo de celebración, el cuarenta aniversario de la primera victoria de Felipe González, se convirtió en un auténtico quebradero de cabeza para Ferraz ante el cabreo de Alfonso Guerra por no ser invitado.
Lo que más preocupa a algunos de esos barones socialistas es la reforma del delito de sedición, clave para que la negociación del Poder Judicial volara por los aires: “Nuestros votantes no entendieron lo de los indultos ni tampoco van a entender esto. Nos van a hacer un roto enorme”, según uno de ellos. Que se haga ya o después de los comicios, vienen a decir. Este lunes, El Mundo publica una encuesta según la cual la mitad de los votantes del PSOE rechaza rebajar el delito de sedición. Y a ello se van a agarrar en el PP para tratar de que el debate se centre precisamente en en ello, en la brecha socialista ante una decisión “que nadie quiere” y “que Sánchez solo va a llevar a cabo porque necesita los votos de ERC”, según fuentes de la dirección popular.
“¿Feijóo ha sido presionado? “Eso nadie lo discute. Solo había que escuchar determinadas emisoras radios. Es verdad que Ayuso se ha querido apuntar un tanto pero ha hecho lo que tenía que hacer si queremos ganar las elecciones"”
En el PP son conscientes de que el efecto Feijóo ha menguado, que el PSOE está subiendo un poco aunque siguen ganando en todas las encuestas salvo el CIS. También admiten en privado que algunas de sus estrategias se han torcido, como la de reivindicar la bajada de impuestos tras la abrupta dimisión de Liz Truss, quien fuera primera ministra británica. Pero reivindican las fuentes consultadas que todo sería peor si hubieran seguido adelante con la negociación judicial, aunque públicamente lo desligaran de la reforma de sedición, en boca de Cuca Gamarra. “Nuestra gente estaba preocupada, había mucho descontento”, admiten a las claras.
Y ahí que el plan de Génova sea poner el foco en la sedición, en Carles Puigdemont, en la posibilidad de reconducir todo si Sánchez rectifica y no reforma ese delito. Cuanto antes quiere dejar atrás el debate sobre el liderazgo de Feijóo, alimentado por Moncloa. “Sánchez está atrapado. Tiene que contentar a sus socios pero es una decisión que no se entiende en la mayor parte de España. Yo creía que saldría el pacto del Poder Judicial, que era bueno para España. Pero nuestro votante estaba muy preocupado y si nos cuelan después la sedición, no podríamos haber salido a la calle”, en palabras de un presidenta autonómico del PP. ¿Feijóo ha sido presionado? “Eso nadie lo discute. Solo había que escuchar determinadas emisoras radios. Es verdad que Ayuso se ha querido apuntar un tanto pero ha hecho lo que tenía que hacer si queremos ganar las elecciones”.
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